LA LITERA: Adrián Sisó, Almuara, Laforga, Peroles, Llasera, Fandos, Prieto, Fondevilla, Sales, Samuel Benedicto, Rubén Benedicto, Carlos Sisó, Sabau, Vidal, Mariblanca y Plana.
RIVER MONZÓN: González, Pizarro, Pascual, Montaner, Ladyzhenskyy, Revilla, Sorinas, Claver, Saura, Yusufu, Mendoza, Cónsul, Sas, Aljaro, Mairaly Carrera.
Segunda derrota del River en el campeonato. Y a tenor de lo desarrollado por unos y otros sobre el terreno de juego hay que considerarla justa. No hay que buscar excusas ni en la dureza del equipo literano en algunas fases del encuentro, ni en alguna de las decisiones arbitrales: del árbitro sólo se acuerdan los perdedores.
Comenzó ésta vez el partido con dominio del River, que a los 4 minutos se adelantaba en el marcador tras buen disparo de Yusufu al saque de un libre indirecto dentro del área. Continuó el dominio visitante hasta mediada la primera parte, cuando en una de las primeras aproximaciones locales hasta el área montisonense, un mal despeje de la zaga propicia que en la segunda jugada la pelota caiga a los pies de Rubén Benedicto quién sólo frente a Martín González hace el 1-1. Los literanos se animaron y a base de fuerza y con desplazamientos largos pasaron a equilibrar el encuentro. Pocos minutos después, un disparo elevado desde fuera del área sólo permite a Martín rechazar el balón, que queda muerto en el área pequeña y Sales se anticipa a la defensa haciendo el 2-1. A partir de aquí los literanos se crecen y a base de garra y determinación en la disputa de cada balón, logran llegar al descanso con el marcador a su favor.
La segunda parte fue cuesta arriba para el River. Tras unos primeros minutos de dominio visitante, en los que parecía que el empate estaba cerca, los locales se afianzaron en su juego, con mucho contacto y ardor en la disputa de cada balón. El reloj volaba y no había manera de hincarle el diente al partido. Y así, en una contra llegó el 3-1 por parte de Rubén Benedicto. Aunque el River lo siguió intentando, ya no hubo variación del marcador hasta el final.
De las derrotas también se aprende; probablemente más que de las victorias. La Litera supo llevar el partido al terreno que más le convenía, y el River no supo salir de ahí. Los buenos equipos tienen que saber imponer su juego y su estilo.
Escuela de Fútbol River Monzón / Dep. Prensa
RIVER MONZÓN: González, Pizarro, Pascual, Montaner, Ladyzhenskyy, Revilla, Sorinas, Claver, Saura, Yusufu, Mendoza, Cónsul, Sas, Aljaro, Mairaly Carrera.
Segunda derrota del River en el campeonato. Y a tenor de lo desarrollado por unos y otros sobre el terreno de juego hay que considerarla justa. No hay que buscar excusas ni en la dureza del equipo literano en algunas fases del encuentro, ni en alguna de las decisiones arbitrales: del árbitro sólo se acuerdan los perdedores.
Comenzó ésta vez el partido con dominio del River, que a los 4 minutos se adelantaba en el marcador tras buen disparo de Yusufu al saque de un libre indirecto dentro del área. Continuó el dominio visitante hasta mediada la primera parte, cuando en una de las primeras aproximaciones locales hasta el área montisonense, un mal despeje de la zaga propicia que en la segunda jugada la pelota caiga a los pies de Rubén Benedicto quién sólo frente a Martín González hace el 1-1. Los literanos se animaron y a base de fuerza y con desplazamientos largos pasaron a equilibrar el encuentro. Pocos minutos después, un disparo elevado desde fuera del área sólo permite a Martín rechazar el balón, que queda muerto en el área pequeña y Sales se anticipa a la defensa haciendo el 2-1. A partir de aquí los literanos se crecen y a base de garra y determinación en la disputa de cada balón, logran llegar al descanso con el marcador a su favor.
La segunda parte fue cuesta arriba para el River. Tras unos primeros minutos de dominio visitante, en los que parecía que el empate estaba cerca, los locales se afianzaron en su juego, con mucho contacto y ardor en la disputa de cada balón. El reloj volaba y no había manera de hincarle el diente al partido. Y así, en una contra llegó el 3-1 por parte de Rubén Benedicto. Aunque el River lo siguió intentando, ya no hubo variación del marcador hasta el final.
De las derrotas también se aprende; probablemente más que de las victorias. La Litera supo llevar el partido al terreno que más le convenía, y el River no supo salir de ahí. Los buenos equipos tienen que saber imponer su juego y su estilo.
Escuela de Fútbol River Monzón / Dep. Prensa
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