PEÑAS OSCENSES: Sampietro, Royer, Crevillén, Aniés, Lafuente, Grasa, Lasierra, Conte, Campo, Betrán, Sola, Visús, Sanagustín, Mairal, Ramos y Allué.
RIVER MONZÓN: González, Pascual, Montaner, Carrera, Saura, Revilla, Sorinas, Cónsul, Yusufu, Sas, Mendoza, Aljaro, Tejada, Ladyzhenskyy, Burgos y Claver.
Nuestra enhorabuena para los campeones, que han dominado el campeonato desde el principio hasta el final, y todavía les han sobrado jornadas y puntos. Nos queda la satisfacción de que hasta la mitad de la liga logramos seguir su estela, y que nuestra trayectoria era seguida de reojo.
La liga ya estaba decidida, pero había ganas por ambas partes. Unos para confirmar lo conseguido y otros para reivindicarse y tratar de devolver la derrota de la primera vuelta. Comenzó el partido con dominio de los locales, que jugaban a favor de viento. Al River le costaba salir de su campo, pero no pasaba grandes aprietos en defensa: la aparición de Carrera en el centro dio una mayor consistencia a la zaga. A los 17 minutos, tras un saque de banda por la derecha del ataque local, la pelota le llegó a Sola, que de disparo elevado llevó el que sería único tanto del encuentro al marcador. El partido siguió con la misma tónica, sin que ninguna de las dos porterías pasara mayores sobresaltos hasta el descanso.
En la segunda mitad el River intentó ir hacia delante, ahora con el viento favorable, pero la empresa no fue fácil. Se disputaba cada palmo de terreno y la pelota no circulaba con fluidez. Costaba mucho esfuerzo rebasar el centro del campo, y cuando eso ocurría, la zaga peñista demostraba por qué ha encajado sólo diez goles en todo el campeonato. Sólo podemos hablar de una ocasión clara por parte rivereña: Claver saltó al campo mediada la segunda parte muy mermado por una indisposición nocturna, y en la primera pelota que cayó en sus pies, lanzó un pase diagonal para la carrera de Yusufu, que disparó cuando entraba en el área; en otro partido hubiéramos cantado gol, pero Sampietro realizó una magnífica intervención, que podría resumir el campeonato: a pesar de los ciento trece goles marcados, que nos acredita como máximos goleadores, no hemos conseguido marcarle un gol al Peñas en los dos partidos disputados, cuyos diez goles en contra son la mejor credencial de un merecido campeón.
RIVER MONZÓN: González, Pascual, Montaner, Carrera, Saura, Revilla, Sorinas, Cónsul, Yusufu, Sas, Mendoza, Aljaro, Tejada, Ladyzhenskyy, Burgos y Claver.
Nuestra enhorabuena para los campeones, que han dominado el campeonato desde el principio hasta el final, y todavía les han sobrado jornadas y puntos. Nos queda la satisfacción de que hasta la mitad de la liga logramos seguir su estela, y que nuestra trayectoria era seguida de reojo.
La liga ya estaba decidida, pero había ganas por ambas partes. Unos para confirmar lo conseguido y otros para reivindicarse y tratar de devolver la derrota de la primera vuelta. Comenzó el partido con dominio de los locales, que jugaban a favor de viento. Al River le costaba salir de su campo, pero no pasaba grandes aprietos en defensa: la aparición de Carrera en el centro dio una mayor consistencia a la zaga. A los 17 minutos, tras un saque de banda por la derecha del ataque local, la pelota le llegó a Sola, que de disparo elevado llevó el que sería único tanto del encuentro al marcador. El partido siguió con la misma tónica, sin que ninguna de las dos porterías pasara mayores sobresaltos hasta el descanso.
En la segunda mitad el River intentó ir hacia delante, ahora con el viento favorable, pero la empresa no fue fácil. Se disputaba cada palmo de terreno y la pelota no circulaba con fluidez. Costaba mucho esfuerzo rebasar el centro del campo, y cuando eso ocurría, la zaga peñista demostraba por qué ha encajado sólo diez goles en todo el campeonato. Sólo podemos hablar de una ocasión clara por parte rivereña: Claver saltó al campo mediada la segunda parte muy mermado por una indisposición nocturna, y en la primera pelota que cayó en sus pies, lanzó un pase diagonal para la carrera de Yusufu, que disparó cuando entraba en el área; en otro partido hubiéramos cantado gol, pero Sampietro realizó una magnífica intervención, que podría resumir el campeonato: a pesar de los ciento trece goles marcados, que nos acredita como máximos goleadores, no hemos conseguido marcarle un gol al Peñas en los dos partidos disputados, cuyos diez goles en contra son la mejor credencial de un merecido campeón.
Escuela de Fútbol River Monzón / Dep. prensa
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